Los wichí son un grupo étnico que aún hoy persiste en el Chaco Salteño con algunas formas de vida que se remontan a las de los siglos XVI – XVII. Entre los pueblos que participan dentro de ésta clasificación, se encuentran los matacos, chorotes y chulupí, con características culturales semejantes, y a la vez con rasgos diferenciales que la antropología ha señalado científicamente. Los cronistas hispanos llegaron a considerarlos como pueblos «decidiosos y floxos…»(Filiberto de Mena), por su falta de aptitud para la tarea agrícola a la que los españoles estaban acostumbrados.
La organización social de la comunidad gira alrededor de la familia integrada por el padre, los hijos y los yernos, que viven en una misma vivienda (le hup). Y el conjunto de toda estas familias constituyen la aldea (le huet), de características precarias por su nomadismo o seminomadismo. Son fuertes los lazos comunitarios; a nivel individual existe una relativa desvalorización de su condición actual, conciencia de la superioridad del criollo y del blanco hacia quienes demuestra sumisión y desconfianza. El aborigen al sentirse marginado reacciona con resignación ante su situación, aceptado la vida sacrificada que le ha tocado vivir; el contacto con la cultura criolla a producido una pérdida creciente de identidad cultural, moral, religiosa y comunitaria. El hombre actúa hacia afuera, la mujer hacia adentro, en ella se da un mayor mantenimiento de la identidad.
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